Me encanta la soledad, el silencio absoluto. Escuchar solo mis pensamientos, mis ideas. Nadie te influye, nada te afecta. Estás tú y tus pensamientos. Tú a solas contigo misma. Es la mejor sensación del mundo. Aislarse de lo que pasa fuera, aclararse y luego salir de nuevo. Alivio, esa es la sensación que lo describe.
No es lo mismo esta soledad, que la que se siente al estar rodeada de gente y sin nadie que te contente. Que nadie te haga feliz, nadie te presta atención, no tienes que ser el centro de atención, nada de eso, pero si sentir que solo una persona sabe que estás, una persona que te necesita. Esa soledad solo te deja pensar en las cosas malas, no te aclara, ni mucho menos te alivia. Esa soledad es la que hay que evitarla.
La soledad sana es la que te hace recapacitar, que hace que te des cuenta de lo que pasa a tu alrededor, de lo bueno, lo malo, los amigos, el amor. Todo. Que una vez que sales de ella notas que la sonrisa no se borra de tu cara, como cuando ves a ese persona tan especial, es imposible que se valla, que no escapa, no la tienes que fingir. Sonrisa pura? Suena bien. A partir de hoy la llamaré asi, es la sonrisa que quiero tener pintada día a día, minuto a minuto, siempre.
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