sábado, 3 de diciembre de 2011

En la guerra, como en el amor.

Todo vale simpre queda un perdedor. Normalmente, pierde el que quiere más. Al igual que en una mesa de Blackyack.
Yo quiería más que ella y pedí. Pero es justo cuando pierdes que te das cuenta de lo que tienes. Amigos, compañeros. Y de lo que el ganador, no. Yo no me había dado cuenta hasta ese momento de lo que tenía. Y ahora que lo se, parece que no he salido perdiendo sino ganando. He perdido la batalla, pero no la guerra. Por esta batalla me he dado cuenta de que existen en mi vida personas muy importantes que hasta entonces no había visto y personas que yo creía importantes y no lo son. ¿Cómo es posible que no viera que tenia a mi alrededor 3 personas increibles y que a mi lado había otra que me estaba destrozando? No lo vi, y me ha hecho falta perder para verlo. Pero mas vale tarde que nunca. Ahora tengo 3 amigas que no las cambio por nada. Se lo cuento todo y ellas a mi lo mismo. Somos una piña, nada nos separa. Me hacen reír, gritar, saltar, llorar y me hacen feliz que es lo mas importante.


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