miércoles, 30 de noviembre de 2011

Llueve en mí.

La lluvia no borra el llanto, solo o oculta. Es una máscara. Si estás sufriendo no lo ocultes, son tus sentimientos. No te escondas, es tu corazón el que está sufriendo. No temas lo que puedan decir, eres tú y nadie mas. No dejes que te igan lo que ebes sentir, eres libre. Es lobre tu corazón de sentir lo que siente. Eres libre e tener tus impulsos, de hacer lo que quieres. Ries, lloras, hablas, cantas, bailas, saltas, haces lo que quieres, nadie puede decirte nada. No temas las crítias, no envidia. Envidia porque no entras en su juego, en el de las críticas, lo prejuicion, las máscaras, la falsead... El llanto no te va con la lluvia, pero la lluvia si te deja al descubierto. Te quita el maquillaje, te deja a desnudo, como eres. Intefensa o tal vez no. Porque si no tienes ese maquillaje, esa coraza de la alsedad, la llovia no te hae daño, no te deja al descubierto, sino que te ayuda, te depura, te limpia.
Sentir las gotas de lluvia una a una sobro la piel. Como te estremeces, como cada pelo de cuerpo se escarpia, como cada centíetro o milímetro de tí se enfria, se ancoje, se esconde y por ultimo se acostumbra. Se acostumbra a ese continuo frio, a ese continuo dolor que te trae a la realidad. Que te hace ver que eres lo que eres, que te dejas llevar por los demas, pero que no quieres. Te hace ver lo que nadie quiere que veas, lo que ni tú misma te atreves a ver de ti. Te saca de tus casillas, te destroza los moldes. La lluvia es tu enemigo por un instante, porque te deja a la entemperie. Pero ves que es lo mejor para tí, que te baja a la tierra y te haces su amigo. La lluvia es la lluvia, si es tu amiga o enemiga lo eliges tú cuando decides ser tu o ser otro.

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