Abrió los ojos y se dio cuenta de que no necesitaba a nadie que le dijera lo preciosa que estaba incluso cuando se despertaba, ella sola lo sabía. Se levantó de la cama y subió la persiana, a través de las cortinas rosas entraba la luz de la mañana y el aire fresco de un domingo como otro cualquiera. Y así lo era, un domingo más de su vida, un domingo que no desperdiciaría como tantos había desperdiciado llorando.
Se puso sus pantalones cortos que le resaltaban ese culazo que tanto había tapado antes, una camisa azul clarito que se apretaba en el pecho y unas preciosas bailarinas grises con un lacito. Se sentía guapa, es más, lo estaba. Brillaba como el Sol un día de verano. Iluminaba su casa y las calles solo con su presencia, como nunca antes.
Lo había pasado tan mal, que ya no recordaba lo que se sentía. Se miró en el espejo de hierro oscuro que había frente al armario y sonrió, hacía años, años que no sonreía y ahora se sentía como una niña pequeña que va al parque de atracciones por primera vez. Una sonrisa que juró nunca se le borraría. Estaba dispuesta a mantener la sonrisa hasta que le doliese y cuando le doliera, reír y seguir sonriendo.
-Holaa bloger que tal? Espero que genial. Yo me siento bien, por fin la inspiración me ha venido y ha salido este texto que espero que os guste. Con el quiero decir que los baches se superan y que hay que sonreir :)
He desaparecio esta semana lo se y lo siento pero he estado estudiando y haciendo trabajos, ademas hoy mi hermanita va ha echarse las fotos de comunión y yo espero salir en alguna wiii, la quiero maaas:)
-Muchas gracias por los comentarios, mil gracias, gracias, GRACIAS e infinitamente graciias:) Sois geniales, espero que pronto crezamos, poquito a poco!!